miércoles, 29 de septiembre de 2010

Hace 800,000 años…


Los primeros hombres que consiguieron adaptarse a las temperaturas heladas de Europa del Norte lo hicieron hace 800,000 años, unos 100,000 antes de lo que se creía hasta ahora, según un estudio británico publicado por la revista Nature.

A esa conclusión han llegado los arqueólogos tras descubrir 78 herramientas y astillas de sílex cerca de Happisburgh (Inglaterra) que dan cuenta de la presencia humana en Gran Bretaña, lo que la convierte en la implantación humana conocida más vieja del norte de Europa, concluye este estudio, realizado por un equipo de científicos y arqueólogos financiados por el British Museum.

Hasta ahora, todos los sitios arqueológicos estudiados en Europa y en Asia en los que hay rastros de presencia humana durante el pleistoceno (entre 1.8 millones de años y 780,000 años atrás) se encontraban debajo del paralelo 54, por lo que se interpretó que la temperatura frenó la migración de los primeros hombres hacia el Norte. Todos estos sitios estaban en un clima tropical, mediterráneo o de sabana.

Los hombres parecían estar confinados en aquella época al sur de los Pirineos y de los Alpes y su presencia en Gran Bretaña se creía que empezó hace 500,000 años. Sin embargo, en 2005 las búsqueda del sitio de Pakefield (Suffold, este de Inglaterra) estableció la presencia humana hace 700,000 años. Los nuevos descubrimientos llevan el cursor en la línea del tiempo hasta 100,000 años antes. Y muestran que estos primeros humanos sobrevivían en climas hostiles, con temperaturas invernales inferiores a cero.

El descubrimiento “tiene implicaciones importantes sobre nuestra comprensión del comportamiento de los primeros humanos, su adaptación, su supervivencia y para saber cuándo y cómo nuestros antepasados colonizaron Europa después de partir de África”, hace 1.8 millones de años, explicó el profesor Chris Stringer, director de investigaciones sobre el origen del Hombre en el Museo de Historia Natural de Londres.

Los nuevos objetos de sílex no sólo son más antiguos que los otros descubiertos, sino que también están acompañados por una gama de datos sobre el medioambiente que dan una imagen clara de la vegetación y del clima. Por ejemplo, que los primeros hombres sobrevivieron en un clima con temperaturas de entre 16 a 18 grados en verano, mientras que en el invierno caían hasta -3 grados. O que “la llanura, inundada por la marea, estaba recubierta de hierba, que alimentaba gran cantidad de herbívoros, como los mamut, los rinocerontes y los caballos. Los predadores debían ser hienas, felinos con dientes afilados y por supuesto los humanos”, indicó Simon Parfitt, de la University College London.

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